En las carreteras polacas se producen unos 25.000 accidentes de tráfico al año. En muchos casos, provocan daños en la salud de las personas lesionadas: peatones, pasajeros, ciclistas o conductores. Llevamos a cabo reclamaciones relacionadas con la obtención de indemnizaciones por daños a la salud tales como: fractura de huesos, fractura de columna vertebral, lesiones multiorgánicas, lesión por «latigazo cervical» (lesión invisible de la parte cervical de la columna vertebral que se produce con mayor frecuencia al recibir un golpe por detrás). También reclamamos una indemnización por los costes del tratamiento médico, los costes de la rehabilitación, el desplazamiento a los centros médicos, los costes de los cuidados prestados por un familiar y el lucro cesante como consecuencia del accidente.

En los casos más graves, el perjudicado también puede recibir prestaciones en forma de subsidio vitalicio o una renta temporal si sus perspectivas de futuro se han deteriorado como consecuencia de la lesión, es decir, si ha perdido su forma física o su aspecto se ha deteriorado, si estas características han tenido un impacto significativo en su desarrollo profesional y sus oportunidades.

Cada año mueren en Polonia alrededor de 3.000 personas como consecuencia de accidentes de tráfico. La familia más cercana tiene derecho a toda una serie de reclamaciones como consecuencia del fallecimiento de su ser querido. En primer lugar, la indemnización por el daño sufrido, que suele tener un valor elevado. También hay que indemnizar los gastos funerarios y los gastos médicos del fallecido. Especialmente importantes desde el punto de vista de los familiares del fallecido son todas las reclamaciones que tienen por objeto el perjuicio económico de la familia debido a la pérdida del sostén de la familia o de la persona obligada a prestar alimentos, como las pensiones o la indemnización por el empeoramiento de la situación vital. Por lo tanto, las personas con derecho a reclamar estos daños serán, en primer lugar, el cónyuge y los hijos, pero también los parientes lejanos en determinados casos. Estas indemnizaciones suelen adoptar la forma de pagos mensuales abonados durante muchos años (por ejemplo, en el caso de un menor hasta que se independice), destinados a garantizar las necesidades justificadas a largo plazo de la persona perjudicada. 

Por ejemplo: tropezar en una acera helada, en una calle sin nieve, caerse por unas escaleras peligrosas, lesionarse por la caída de una teja de un tejado que no ha sido renovado, ser mordido por un perro, etc.

En la realidad social actual, especialmente con el uso de Internet y las herramientas informáticas, se producen con frecuencia violaciones de los derechos personales: derecho a la imagen, derecho a la intimidad, acoso persistente (stalking), calumnias, publicación de fotos íntimas, etc. En estas situaciones, independientemente de las medidas que puedan adoptarse en el marco del derecho penal (véase la sección de derecho penal), pueden adoptarse medidas de derecho civil para indemnizar a la parte perjudicada por los daños sufridos (morales o materiales). El resultado de estas acciones es la compensación de los daños no materiales (morales) o una indemnización adecuada.

Los casos derivados de un error médico son una categoría de casos de indemnización con un grado de complejidad muy elevado. No todos los procedimientos u operaciones sin éxito son también errores médicos. Para reclamar una indemnización por daños y perjuicios, es necesario demostrar que el hospital o el médico hicieron un diagnóstico erróneo, que provocó un daño al paciente, que el tratamiento médico se realizó erróneamente o se omitió, o que el procedimiento médico o la operación se realizaron de forma contraria al arte de la medicina.